El gran arte ha dado ocasión a la inclusión de monedas con diversas motivaciones, recogidas en diversas entradas que comprenden un período que cubre el renacimiento y el barroco europeo, principalmente en óleos, aunque no faltan representaciones en otros soportes pictóricos. Desde los grandes pintores a otros artistas menores, desde España a Flandes o Italia, pasando por otros estados europeos. En ocasiones , la moneda o la medalla es el elemento principal, en otros, es el argumento idóneo para valorar o desvalorar al personaje. Con la recomendación de seguir los vínculos, se muestran a continuación los temas principales asociados con la moneda y la medalla, desde la representación del pecado, de ascendencia medieval, a su representación como objeto bello, pasando por la representación de su utilidad en un comercio ahora mostrado con dignidad.
La moneda como expresión de la avaricia
En la Edad Media, uno de los pecados capitales más cuidados en las representaciones es la avaricia, tan sólo por detrás de la lujuria. El románico castellano y leonés, muestra en los Beatos y en los capiteles imágenes del pecador, caracterizado por portar un saco de monedas al cuello, es conducido a los infiernos, como se observa en esta entrada.
– Provoost, El avaro y la muerte, primer cuarto s. XV.
– Sanders, San Mateo, 1536
La moneda como imagen del cambista honrado
Algunas representaciones góticas muestran el empleo de monedas en los cambios como una referencia al trabajo ordenado en un cuadro costumbrista, como se señala en esta entrada. Como contraste a los retratos anteriores, algunas obras, con una tradición holandesa y flamenca, señalan a cambistas dignos, capaces de pagar por un retrato pictórico plasmado en obras de tamaño pequeño cantidades elevadas para la época, hasta entonces reservadas a la Iglesia y los príncipes. El resultado es el de unos comerciantes que muestran con dignidad su quehacer diario e, incluso en el caso de los prestamistas de Quentin Massys, el desvalor de la avaricia queda desdibujado. En este punto, los pecadores cambistas de San Mateo se transforman en el San Eloy, patrón de los monederos y plateros.
– Petrus Christus, San Eloy, 1449
– Massys, El cambista y su mujer, 1514
– Massys, Los prestamistas, primera mitad del s. XVI
– Van Reimerswaale, El cambista y su mujer, 1539
– Gerard Dou, El pesador de oro, 1664
Imágenes costumbristas de la moneda
Fuera de este conjunto, otras representaciones costumbristas de la moneda las encontramos en estas otras obras:
– Libro de horas de Joao III, s. XVI.
– Libro de horas de don Johao, s. XVI
– Luca Bertelli, La moneda del César, 1576
– Atribuido a Murillo, La gallega de la moneda, s. XVII.
La medalla protagonista
El Renacimiento es el triunfo del arte y el culto al pasado griego y romano, tomando en consideración los cánones estéticos heredados. En estas condiciones, las medallas romanas son coleccionadas y conservadas en ricos monetarios que conocemos fabricados en Italia, Francia o Alemania.
A la vez, diversos autores estudian y clasifican las monedas romanas y griegas en obras dignas de mención publicadas en el siglo XVI por Rovilio o Antonio Agustín. Por último, la medalla se erige como gran arte y algunos autores como Cavino recrean algunas medallas antiguas e imaginan otras, retratando en ocasiones personajes de su tiempo. Otros artistas, casos de Pisanello, Cellini o da Trezzo, fabrican medallas y otros como Golzius o Juan de Arfe, la explican.
Algunas obras de grandes artistas colocan la medalla o la moneda como elemento central o argumento para destacar al personaje o las ubican en bodegones con otros objetos. La lista se integra por las siguientes obras.
– Botticelli, Retrato de un hombre con una medalla de Cosimo de Medicci, 1474.
– Memling, Retrato de hombre con una medalla antigua, 1480
– Brueghel, Rubens, La vista, 1617
– Antonio de Pereda, Alegoría de la vanidad, 1634
– Franz Franken, Gabinete de antigüedades, 1636
– Antonio de Pereda, El sueño del caballero, 1640
– Lemaire-Pussin, Jean Varin, 1640-1659
– Remps, Gabinete de curiosidades, 1690
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