El coleccionismo numismático tiene una gran evolución en los períodos en que la cultura europea vuelve la vista a los clásicos griegos y romanos, en particular en el Renacimiento y el clasicismo de los s. XVI y XVIII, respectivamente. Una consecuencia es el incremento de obras científicas dirigidas a estos estudiosos, en ocasiones de gran calidad científica y acompañadas de preciosos grabados. Otra es la representación de monedas en obras artísticas. Finalmente, la que es objeto de esta entrada, la fabricación de mobiliario adecuado para cuidar y exponer las piezas, los monetarios.
Como cuestión terminológica, en italiano se llama monetiere al mueble que en español llamamos bargueño, no siendo precisamente descartable su uso en el coleccionista de monedas, aunque parece más propio para un cierto atesoramiento de la moneda de valor. En las restantes lenguas se emplean términos como medaillier, con cabinet o Münzkabinett.
Con la recomendación de seguir los vínculos para conocer más detalles de estas obras, también obras de arte, se exponen cronológicamente.
El Renacimiento
Los monetarios del Renacimiento se caracterizan por su delicadeza y la inclusión de elementos propios de la antigüedad griega y romana. En algunos casos conocemos a sus ilustrados propietarios y en un caso podemos mencionar a su autor. Es un tiempo en que comienzan las primeras obras con clasificación de la moneda, principalmente griega y romana, con autores como Agustín y Rovilio. En España, algunos relevantes personajes, como León Pinelo, coleccionan moneda antigua. Otros personajes se hacen retratar con monedas o medallas que coleccionan.
Los monetarios conocidos no son hispanos con excepción del complutense Fernando I, sucesor de su hermano Carlos V como emperador de Alemania. Pertenecen a grandes señores y en un caso conocemos a su autor.
Angermair de Maximiliano de Baviera, 1618-1624
Rembrandt van Rijn, hacia 1660
Arzobispo de Olomouc, hacia 1670
Del barroco al clasicismo
Tras un período de relativo silencio en la bibliografía, en el siglo XVIII se recuperan los estudios sobre la numismática antigua, aunque también se abren otros campos de estudio y atención, como la moneda predomina hispánica, la visigoda, la hispano musulmana y la medieval, por distintas razones. En España, se detecta una reactivación del coleccionismo.
Es un tiempo también de grandes coleccionistas en Europa, principalmente reyes y grandes señores que se siguen fabricando medallas con los cuños de Cavino. También un momento para falsificadores de moneda antigua, como Becker.
Es un tiempo que va desde el barroco al gusto de los gobernantes, muy adornado y recargado en ocasiones y sobrio en los españoles, a la recuperación del gusto clásico de autores de muebles como Mercier o Bullock.
En España, los monetarios siguen el esquema del escritorio de Salamanca o bargueño.
San Lorenzo del Escorial, 1724-1743
Charles dOrléans, primera mitad del s. XVIII
Bibliothèque Nationale de París, 1718
Infante Gabriel de Borbón, 1752-1788
Real Academia de la Historia, h. 1771
s. XIX
Del romanticismo al siglo XX
Los últimos años del s. XIX se muestran como una expresión del romanticismo, plasmado en el coleccionismo de moneda desde la antigüedad hasta los tiempos más recientes, con una bibliografía abundantísima. Es un período que cubre en la fabricación de los monetarios desde el mueble adornado propio del s. XIX hasta la sobriedad de los monetarios ingleses del cambio al s. XX.
Kunsthistoriches Museum de Viena
Museo Fitzwillam, ff. s. XIX-ppios. s. XX
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