El Puerto de El Callao se encuentra en las proximidades de Lima y protagonizó varios de los últimos episodios de la presencia de tropas realistas en Perú hasta su definitiva incorporación a la República del Perú en 1826. Entretanto, la presencia de tropas realistas determinó varios ataques a las mismas que tuvo su reflejo en varias medallas, como la siguiente, frente al ataque de la flota chilena en 1819 y firmada por Dávalos.
También fue objeto de ataques por parte de golpistas partidarios del general Bermúdez frente a Orbegoso, una vez consolidada la República en 1834.
Y otras medallas de 1836 conmemoran el décimo aniversario de la toma de la fortaleza del puerto por parte de las tropas republicanas a las realistas.


Precisamente estas medallas nos dan una muestra del aspecto de una de las defensas del puerto en los primeros momentos de la recién nacida República del Perú.

Con todo y con ello, el muelle y dique quedó reformado en 1862, como señala la medalla precedente, de manera que nos situamos en 1866, el episodio más llamativo, mantenido entre la flota española y las fuerzas de distintas repúblicas iberoamericanas en el indicado puerto en el marco de la Guerra hispano-sudamericana o Primera guerra del Pacífico. La siguiente medalla de Wiener se refiere precisamente a la Alianza Americana formada inicialmente por Chile y Perú, a las que se añadirían más tarde Ecuador y Bolivia.



La inmediatamente anterior es una medalla de distinción firmada por Gregorio Sellán y la que figura en segundo lugar, de 1898 recuerda los episodios de Trafalgar y El Callao por la Armada Española. El 2 de mayo de 1866 la Flota del Pacífico española encabezada por el acorazado Numancia, el primer buque de esta clase con bandera española, sostuvo un combate en el Puerto del Callao, con el grito de «mas vale honra sin buques que buques sin honra» pronunciado por su almirante Casto Méndez Núñez. Con unos antecedentes poco comprensibles el resultado ha sido discutido. Desde el punto de vista militar, tanto España como Perú se atribuyen la victoria. El hecho es que la escuadra española sufrió daños y las defensas del puerto un importante castigo. Sin embargo, desde un punto de vista más amplio, ambos bandos perdieron en capacidad de entenderse en una acción estéril para ambos y a la conclusión de la contienda todos los contendientes se encontraban en una crisis económica.
La medalla siguiente responde a la inauguración en 1892 del monumento al almirante español con escultura en bronce de Agustín Querol en Vigo, actualmente en la Plaza de Compostela de Vigo, su cuidad natal.

La próxima conmemora el fallecimiento del almirante y está firmada por J. Esteban Lozano.

Con posterioridad al combate, el puerto se reconstruyó y se le dotó de ferrocarril. En la primera se muestra la dársena y el malecón 1870.

La segunda, del mismo año y firmada por Bryant, informa de la construcción de ferrocarril, precisamente con intervención de Malinowski, coleccionista e historiador de la numismática peruana.
